Niño marica, de Oscar Espirita

por | Jun 23, 2020 | Libros LGBT | 0 Comentarios

“Cuando mis compañeros se enfadaban conmigo me llamaban ‘marica’. Marica por cruzar las piernas, marica por jugar con las niñas, marica por no ser hábil con el fútbol y una larga lista de cosas que consiguieron que creciese con miedo a mostrarme tal y como era”, cuenta Óscar Espirita en su biografía. Muchos años después, esa palabra formará parte de su poemario Niño marica (Ediciones Hidroavión). En él, Óscar recuerda al niño que fue, pero también rememora su adolescencia. Una adolescencia en la que, como contará a continuación, todavía sigue viviendo.

Niño marica está dividido en dos partes. La primera es la de un niño “delicado siempre […] / y se asustaba de las pelotas que al chutar / zumbaban a su lado”, como dice uno de los poemas. Al final de esa primera parte se describe como “tímido introvertido y silencioso / mariquita invertido”.

La segunda está protagonizada por un adolescente y sus sentimientos hacia otros hombres: “Soy invisible a ojos / de los hombres a los que amo. / Por eso me duele tanto el corazón”. En esta parte, Óscar dedica poemas muy emotivos a su madre (“quien me enseñó a ir siempre muy alto / incluso por encima de las nubes / y de los ángeles”) y a su padre (“si ese niño de ojitos de agua / te hubiese podido decir la verdad / sé que le hubieras estrechado entre tus brazos”).

Poemas gay cortos

En una entrevista en Atroz con Leche, el poeta decía: “Siento que he hecho de la sangre de mis heridas un pintalabios. Escribir este poemario me ha ayudado a entender que aquellas cosas de las que me avergonzaba estaban llenas de belleza”.

Para Espirita, Niño marica es “una celebración de la diversidad”, en la que también hay que mencionar las ilustraciones de Andrés Sierra, un artista con el que también ha colaborado para su libro Animalitos y en fanzines como Hombre.

Con Niño marica, cumplí el punto 7 (un poemario escrito por una persona del colectivo) del Reto de lectura LGBTQ+ de 2019. Este reto visibiliza autores, autoras, títulos y editoriales del colectivo. No es el único punto en el que puedes encuadrarlo. Si después de leer Niño marica te interesan otros libros de iniciación o bildungsroman, en el blog he hablado de Nido de pájaros, de Luis Maura; Proyecto Bruno, de Ana González Duque, y Leah a destiempo, de Becky Albertalli.

Después de haberte presentado esta antología, solo queda saber quién es Óscar Espirita y que él nos cuente más sobre su obra.

Quién es Óscar Espirita

Óscar Espirita nació en Guadalajara en 1985. Ha estudiado Animación Sociocultural y Magisterio de Inglés. Su primer poema lo escribió con 16 años. Se animó a escribir en serio en un viaje con su pareja y unos amigos.

Es autor de varios fanzines y tiene otros dos libros publicados: el cuento infantil Si el rosa es de niñas, el azul es del mar y Animalitos, que la editorial describe como un “abandonar la razón para dejarse llevar por el amor y el placer”. También ha colaborado en antologías poéticas.

En el perfil de Instagram de Óscar Espirita puedes leer fragmentos de sus poemas y escuchar cómo los recita.

Entrevista con Óscar Espirita, autor de Niño marica

Niño marica surge, según explicas en tu web, después de una “fuerte crisis personal”. ¿Cómo fue el proceso de escritura?

Tendría 27 o 28 años, no sé exactamente. Pero sí me acuerdo muy bien de la época que estaba viviendo en ese momento. Estaba terminando Magisterio, que era una carrera que no me gustaba nada, porque todo lo que yo buscaba en ella al final… O sea, yo buscaba un poco remediar todo lo que había sufrido en la infancia, y al final vi que se repetían un poco los mismos patrones. Me quedé un poco allí estancado.

A la vez, estaba trabajando en un colegio de curas, en el comedor; y viviendo en Guadalajara, que para una persona que se identifica como ‘marica’, como yo, es todo como un cóctel en el que estaba muy atrapado, en un montón de situaciones con las que no me sentía cómodo.

Trabajando precisamente en el comedor, cuando estaba en el patio, me empecé a fijar en esos niños a los que llamaban “maricas”, y me di cuenta de la alegría que daban al patio y, a la vez, de los insultos que pudieran recibir, cómo de alguna forma era coartada toda su pluma y su expresión que transgrede un poco el binarismo de género. Y me dio tanta pena que dije: “Al final esto es algo que de alguna forma debería reivindicarlo”.

En el proceso de escribirlo empecé a reconciliarme con mi propia infancia y a salir de esa situación e intentar cambiar las cosas.

Un libro autobiográfico

¿Cuesta hablar de uno mismo y publicar un libro tan autobiográfico?

Cuando empecé a escribirlo, realmente no pensaba en publicarlo siquiera. Pensé en publicarlo cuando lo terminé, porque me quedé muy satisfecho. Pero cuando lo empecé a escribir era más una cosa casi por necesidad pura y dura, casi como una terapia. Entonces, al no pensar que se iba a publicar, no me corté nada en escribir.

Luego, cuando salió y me empezaron a hacer entrevistas, dije: “Bueno, pues esto al final lo va a leer todo el mundo”. Cuando me comentan cosas sobre el libro, me doy cuenta de que mi intimidad ha quedado expuesta. Pero por otro lado he recibido tantas cosas bonitas que ha merecido la pena.

Los poemas de Niño marica

Cuentas en el texto Festival de verano cómo empezaste a vivir tu segunda adolescencia con 23 años. ¿En qué momento vital te encuentras ahora, ya pasada la treintena?

Igual sigo un poco en la adolescencia (se ríe). Porque sí la empecé a vivir ahí, pero me fui a vivir a Madrid a los 30 años. Y de repente, cuando yo me he sentido libre libre del todo ha sido viviendo en esta ciudad. Porque, aunque saliese del armario mucho antes en Guadalajara, la situación seguía siendo muy difícil: era muy difícil conocer chicos, era muy difícil expresarse con libertad, era muy difícil encontrar personas y amigos que compartiesen esas cosas contigo…

¿Cuándo he podido vivir toda esa adolescencia de verdad? Al final te encuentras casi con 24 años besando por primera vez a un chico, cuando yo ya había besado a chicas antes. Pero al final esa es tu primera vez, y lo vives todo con esa inocencia. En Animalitos, trato de hablar de esa juventud, de ese Madrid, de vivir ya con libertad y de plantearte otro tipo de cuestiones que no tienen que ver ya con salir del armario: qué tipo de relaciones amorosas quieres construir, qué es la identidad… Vas más allá y te planteas cuestiones más adultas.

En Final abierto y Final con vistas destaca la presencia de plumas. El primero cierra la primera parte del libro y el segundo es el penúltimo poema. ¿“La pluma es nuestra raza”, como decía José Luis Serrano, y nuestra reivindicación?

Es un poco nuestra identidad, desde luego. Y es algo que deberíamos reivindicar y que muchas veces dentro del propio colectivo se recrimina, por así decirlo, aunque las cosas van cambiando poco a poco y somos más libres.

Es parte de nuestra identidad, es algo que debemos reivindicar y sobre todo es algo que hace que el sistema binario de género se quiebre, y por eso es tan rechazada por todo el mundo, porque al final pone en cuestión algo tan estructural como lo que supone ser un hombre o una mujer y cómo se debe expresar. A mí me parece muy importante seguir reivindicándolo, desde luego.

El poema favorito de Óscar Espirita

¿Cuál es tu poema favorito o al que tienes más cariño?

Te voy a decir dos. Uno, Mi cuevita. Habla de ese momento que, por muy escondido que llevases tu expresión de género, o por muy mal que lo hayas pasado en tu infancia, siempre ha habido un rincón en tu habitación, un espacio en el que no te veía nadie donde tú podías ser realmente libre. Mucha gente me ha dicho que este libro les ha ayudado a reconciliarse con su infancia y a vivirla de una forma leve. Me parece que es algo que, aunque fuese en la oscuridad más oscura de nuestro cuarto, hemos sido felices siendo como somos.

nino-marica

Luego, el que está dedicado a mi padre [Carta a papá]. Se murió antes de que yo pudiese decirle nada, y para mí fue muy sanador poder escribirle un poema y contárselo. Me emociona mucho leerlo.

Después de Niño marica

El libro se publicó en 2015. ¿Qué feedback has recibido en este tiempo? ¿Alguna anécdota, curiosidad… que quieras destacar?

Me sorprendió mucho recibir tantos mensajes por Facebook, por Instagram… Incluso e-mails. Para algunas personas les había resultado más dolorosa la lectura, pero en general sí que había una sensación de quererme dar las gracias por haber dado luz a algo que, cuando eres pequeño y no tienes con quien hablarlo, muchas veces te crees que eres la única persona en el mundo que está viviendo. Lo más bonito que me ha pasado con el libro es pensar que de alguna manera ese silencio ha sido escuchado por otra persona. Lo leías y te estabas comunicando con otros maricas del mundo, aunque ya fuésemos adultos. Volver al pasado y que se establezca esa comunicación.

¿Te gustaría destacar algún poeta LGBTQ+?

Me gustaría recomendar a dos poetas amigos, Angelo Nestore y Rodrigo García Marina, dos poetas maricas que están teniendo mucha presencia. Cuando se publicó Niño marica me sentí bastante más solo de lo que me siento ahora. Empiezo a ver un montón de poetas que están teniendo protagonismo, recibiendo premios… Me parece que estos dos están a la cabeza.

Si tú también has leído Niño marica o algún otro de los libros de Óscar Espirita, ¿qué te parecieron? Te espero en los comentarios para seguir hablando sobre ellos.

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