Hombres gays de dos generaciones se encuentran en la Nueva York de hace unos años, a unos meses de la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. Las relaciones sentimentales, el sida o la creación artística son algunos de los temas que circulan por las páginas de La herencia, de Matthew López, una gran obra de teatro (en páginas, en personajes) premiada y reconocida en varios países.

La herencia, de Matthew López

Con más de 300 páginas en su versión impresa (Joan Daròs la ha traducido al castellano para Dos Bigotes), Matthew López hace que los personajes de La herencia intercambien sus papeles: unas veces son los protagonistas y otras una especie de jóvenes figurantes que, sobre el escenario, dan indicaciones de cómo deben comportarse el resto de compañeros sobre las tablas. Y sobre todos ellos impera una figura: la del escritor E. M. Forster.

Forster es autor de Regreso a Howards End, una novela clásica que Matthew López versiona en La herencia. En ambas ficciones, una casa heredada juega un papel central: en los años 80, fue refugio de personas a punto de morir por el sida, y 30 años después es un lugar aún cargado de simbolismo.

(Imagen: 1778011 | Pixabay)

Alrededor de esa casa salen los temas ya referenciados (el amor, el sida, el arte), pero también la amistad, el éxito, el fracaso, la vida, la muerte. En el choque entre las dos generaciones queda patente la evolución del colectivo en las décadas, lo que tuvieron que vivir nuestros antepasados y lo que hoy, aunque todavía queda mucho por hacer, ha mejorado. Es también un homenaje a aquellas generaciones que murieron por la enfermedad y ante el estigma de la sociedad.

Matthew López (también director y coguionista de la adaptación de Rojo, blanco y sangre azul) ha contado que con La herencia intentaba hacer «un examen de la clase, la desigualdad económica y la pobreza dentro de la comunidad gay, temas que rara vez he visto representados en el teatro». También quería tratar las adicciones, el alcoholismo y el VIH/sida, así como el sexo, «cómo puede utilizarse como vehículo para el placer y la intimidad, pero cómo también se utiliza como herramienta para cauterizar el dolor».

Algunas críticas y reseñas que he leído de La herencia coinciden en que la obra gustará a lectores de narrativa, que no lean teatro contemporáneo. Y es verdad: los diálogos son ágiles, apenas hay acotaciones, hay saltos repentinos de tiempo y lugar. En definitiva, puede parecer una novela muy dialogada.

(Imagen: Nicholas Swatz | Pexels)

The Daily Telegraph habla de La herencia como «la obra estadounidense más importante del siglo». Si quieres comprobarlo, puedes comprar La herencia de Matthew López en Amazon (ebook y papel).